Cómo gestionar tus emociones si eres emprendedor
Emprender un proyecto conlleva un tiovivo de emociones que en muchas ocasiones puede ser difícil de gestionar. Hay días en los que todo conspira a tu favor, te sientes eufórico y no hay nada que se te resista. Pero en contra existen los días de tormenta en los que el proyecto parece no funcionar, el negocio no prospera o los inversores presionan hasta ahogar. Este sube y baja emocional puede sacar de quicio a cualquiera, haciendo que gestionar las emociones se vuelva un “must” para los emprendedores. Hoy te traemos 5 prácticas para que aprendas cómo gestionar tus emociones si eres emprendedor.
Prepárate
Al igual que seleccionas a los proveedores adecuados y cuentas con las herramientas necesarias para desempeñar tu actividad laboral también debes preparar tu cuerpo y tu mente. Puedes optar por practicar actividades para relajar tu mente como Yoga o el tan de moda Mindfulness. Pero también es importante que ejercites tu cuerpo. Si no tienes tiempo para asistir con regularidad al gimnasio y te cuesta levantarte a correr puedes elegir actividades en grupo que practicar con regularidad como el tenis, fútbol o baloncesto.
Gestiona tu miedo
El miedo es probablemente la emoción que más atormenta a un emprendedor, y a cualquiera en realidad. ¿Qué pasa si el proyecto no triunfa? ¿Y si no puedo hacer frente a mis deudas? ¿Cómo voy a pagar estas facturas? Seguramente este tipo de preguntas invadan tu mente con frecuencia. ¡Cuidado! No dejes que el miedo te controle, debes ser tu quien tome las riendas de la situación, plantarle cara, dejar de preocuparte por lo que todavía no ha sucedido y comenzar a buscar soluciones para las que sí suceden, o la ansiedad se apoderará de ti.
Quédate con lo positivo
Recuerdas esos tiempos en los que tenías tu sueldo asegurado todos los meses, una hora de llegada a la oficina, una de salida y vacaciones varias veces al año, y la nostalgia te invade. Te sientes frustrado y te preguntas por qué decidiste cambiar de vida. ¡No sigas por ahí! Nadie dijo que emprender fuera fácil pero no olvides todas las cosas buenas: libertad, la posibilidad de trabajar en lo que te gusta, desarrollar algo en lo que crees, ningún jefe que te diga lo que debes hacer… Está claro que no es un camino de rosas pero las razones para emprender son infinitas y no debes perderlas de vista.
Mejora tu confianza
Para un emprendedor es básico transmitir confianza, tanto a quienes se plantean invertir en su idea como a quienes trabajan en ella. Para conseguirlo debes crear la sensación entro los que te rodean de que tienes el negocio bajo control, lo que no significa que debas asumir todo el esfuerzo, aprender a confiar en quienes trabajan para ti delegándoles trabajo es también un básico para liberarte del estrés.
No te dejes llevar por la euforia
En los primeros pasos de un proyecto y los días buenos es fácil dejarse llevar por la euforia y tener la sensación de que puedes comerte el mundo. Esto puede alejarte de la realidad, no ser crítico contigo mismo y no escuchar a los que te rodean. Esta actitud puede llevar al fracaso por lo que es importante controlar los sentimientos negativos, pero también los positivos.
Ahora que sabes mantener a raya tus miedos y cómo gestionar tus emociones si eres emprendedor estás listo para sacar adelante tu proyecto.