1/3/2018

7 pecados del emprendedor

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Claro está que ser emprendedor no es fácil, y cuando uno se adentra en la aventura de emprender descubre que esas maravillas que le habían contado de una vida sin horarios, ser tu propio jefe o hacer lo que te apasiona conlleva un precio muy elevado. Es fácil, sobre todo cuando se es novato, cometer errores. Hoy hablamos de los 7 pecados en los que el emprendedor suele caer. ¡Cuidado!

1. Soberbia

Equivocarse es inevitable, sobre todo cuando hacemos cosas nuevas y nos adentramos en terrenos desconocidos, pero no reconocer tus errores y aprender de ellos para no volver a cometerlos en el futuro es una gran equivocación. Por tanto, despídete de las excusas y trata de convertir cada fallo en una oportunidad. De lo contrario asumirás que no eres válido para afrontar tu propio negocio y acabarás sucumbiendo al fracaso.

2. Lujuria

En ocasiones uno puede verse tan lleno de éxtasis por la situación de comenzar un nuevo proyecto personal que se olvida de que tener una idea no es suficiente. No tener los conocimientos necesarios para llevarla a cabo o no estudiar detenidamente el mercado antes de adentrarnos en él es un error garrafal. Es importante estar preparado y desarrollar un plan de negocios completo, en el que se lleve a cabo un estudio de mercado, se analice a la competencia y se contemplen factores fundamentales como nuestra propuesta de valor, los costes de producción, el equipo…Además, poner en marcha un negocio implica llevar a cabo muchas tareas, en ocasiones desconocidas para nosotros, por lo que es conveniente asociarse con, o apoyarse en personas que tengan los conocimientos necesarios de los que nosotros mismos carecemos. Evitar ser tan ingenuo como para creer que podrás hacerlo todo absolutamente solo.

3. Pereza

A todos nos cuesta levantarnos por la mañana o enfrentarnos a esas tareas que nos resultan tediosas y pesadas, pero debes aprender a administrar tu tiempo de la manera más eficiente posible. Esto no implica que debas dedicar 24 horas al día al trabajo, encuentra tus momentos del día más productivos y organízate de forma inteligente.

4. Envidia

Fijarnos demasiado en lo que hace la competencia, los éxitos que tiene y envidiarlos no nos ayudará en absoluto. En lugar de dejarte llevar por este sentimiento tan insano observa cómo actúan otras empresas del sector, detecta puntos de mejora y soluciónalos innovando en tu propia empresa, de esta forma estarás focalizándote en tus acciones y no tanto en lo que consiguen los demás, que no te reportará más que sentimiento de impotencia.

5. Avaricia

Es probable que ya dispongas de una primera base de financiación y quieras tenerlo todo, empleados que implican pagar sueldos, acciones de promoción ineficaces, invertir en acciones que en una fase inicial no contribuyen a la obtención de retorno… ¡Cuidado! Trata de administrar inteligentemente tus recursos, pues estos son limitados e invertirlos con cabeza es fundamental para sacarles el máximo partido. Tampoco des por sentado que en una fase inicial cada euro invertido se convertirá en cientos de beneficio, al principio deberás invertir mucho pero tardarás en ver los resultados.

6. Gula

Enamorarte de tu idea inicial y tratar de alimentarla por todos los medios sin escuchar los cambios que demanda el mercado podrá servirte de combustible por un breve periodo, pero el tiempo hará que te des cuenta de la ineficacia de enfocarse demasiado en algo que no se demanda y por tanto no reporta beneficios. Trata de ser flexible y adaptarte a lo que los consumidores quieren, evitando alimentar aquellas opciones que están destinadas a morir.

7. Ira

El mundo del emprendimiento está lleno de momentos difíciles, a veces incluso realmente frustrantes. Pero enfadarte con tu entorno y mostrar una actitud negativa frente a la situación solo incrementará esas condiciones desagradables. Las malas caras a clientes y empleados, así como una actitud pesimista constante te pasarán factura.Ahora que conoces los pecados más graves que puede cometer un emprendedor no olvides tomar nota y evitarlos.